La visita de un inspector de Hacienda o de trabajo es algo que causa temor a la mayor parte de los empresarios y autónomos. De hecho, incluso recibir una carta de la Agencia Tributaria o de la Seguridad Social causa un cierto nerviosismo, por temor a lo que pueda contener. Sin embargo, hay que tener muy en cuenta que el procedimiento a seguir es diferente en función del organismo del que parte.
¿Se puede acceder sin permiso?
Un inspector de la Seguridad Social tiene derecho a entrar en el centro de trabajo, tras identificarse como tal ante el encargado. De este modo, es posible detectar empleados que están trabajando sin estar dados de alta o que están haciendo una jornada de trabajo que no se corresponde con la indicada en su contrato.
Pero un inspector de Hacienda no tiene las mismas facultades. Sí es posible que se persone en la empresa sin previo aviso, en cuyo caso tendrán que informar al afectado del alcance y significado de la actuación a realizar. Pero no podrán acceder a nuestras instalaciones a menos que dispongan de una orden judicial o que nosotros le demos permiso para hacerlo. En una situación así conviene recordar que el domicilio de cualquier contribuyente, en caso de inspección fiscal, es inviolable.
El inspector de Hacienda podrá requerir que presentemos determinada documentación en la Delegación de la AEAT que nos corresponda, pero deberá concedernos un plazo de tiempo para hacerlo. La empresa presentará la documentación por sus propios medios, pero nunca podrá sufrir una incautación por parte del inspector.
En los últimos tiempos se han publicado noticias como la de que los inspectores de Hacienda pueden incautar los ordenadores para detectar contabilidades ocultas, pero esto tan solo resulta posible si un juzgado lo ha autorizado. Y para que un juzgado lo autorice tendrán que existir indicios fundados de fraude. De lo contrario, podrían producirse atropellos a los derechos de los contribuyentes.
