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¿Hasta dónde llega la responsabilidad legal de los asesores fiscales?

¿Hasta dónde llega la responsabilidad legal de los asesores fiscales?
Eva Fernández

En este articulo verás:

Los administradores, consultores o asesores fiscales guían y aconsejan a sus clientes en asuntos tributarios o fiscales, ámbitos que con frecuencia no dominan ni empresarios ni particulares.

Su alto nivel de cualificación y especialización y la labor que desempeñan, de manera individual o a través de despachos profesionales, ha hecho que adquieran un papel clave en la gestión e, incluso, en los resultados y en el correcto funcionamiento de muchos negocios.

Habitualmente, es responsabilidad de los asesores fiscales confeccionar las declaraciones de impuestos de sus clientes. Además, aconsejan, planifican y escogen entre las diferentes alternativas que la legislación tributaria ofrece, con el objetivo de conseguir el mayor ahorro fiscal para sus clientes.

En los casos más complejos, pueden también interpretar las normas tributarias, asesorar en las inspecciones de la Agencia Tributaria y, en general, representar a sus clientes ante la Administración, redactando y presentando los escritos y recursos que sean necesarios.

Hablamos con Kenari Orbe de Kenari Orbe Abogados, que ha sido premiado como mejor abogado del año 2019 en  las áreas de Derecho Civil y Penal, para que comparta con nosotros qué consecuencias legales podría tener un mal asesoramiento a tus clientes.

Buenas prácticas en el ámbito de la asesoría

En primer lugar, Kenari Orbe nos comenta que al prestar estos servicios, la responsabilidad de los asesores fiscales es importante. Por eso recomienda que estos profesionales actúen siempre “de manera responsable y con total transparencia cuando asesoran a sus clientes”.

En los supuestos más delicados, añade, “deben incluso tener presentes los elementos que les permitan probar que no participaron ni indujeron el fraude. Redactar con atención la hoja de encargo de los servicios concretos que van a proporcionar a sus clientes y ser muy escrupulosos en las comunicaciones con ellos son también buenas prácticas. “Siempre ha de quedar claro y por escrito que se está advirtiendo del riesgo al cliente y que es él el que decide.”

Consecuencias legales para los asesores fiscales por mala praxis profesional

Si estos profesionales actúan de forma indebida al asesorar a sus clientes, podrían verse afectados de tres modos distintos:

  • Responsabilidad tributaria.
  • Responsabilidad penal.
  • Responsabilidad civil frente a su cliente, por los daños causados como consecuencia de su deficiente asesoramiento.

En ocasiones, el asesor fiscal puede cometer errores de forma involuntaria. Por ejemplo, si comete una falta de diligencia a la hora de cumplimentar las declaraciones tributarias. Estos y otros fallos pueden sucederle por falta de atención o dejadez, pero también por desconocimiento e incluso por insuficiente experiencia.

Más grave resultaría su responsabilidad si lo que hacen es sugerir a sus clientes la realización de acciones que vulneran la normativa. Aunque el cliente acepte y entienda las consecuencias, el asesor será siempre el responsable frente a su cliente por este mal asesoramiento.

Y ¿qué ocurre si es el propio cliente el que expresa su voluntad de cometer alguna irregularidad? Orbe explica que, en estos casos, “el asesor debe indicarle que no está actuando correctamente y ha de advertirle acerca de las consecuencias legales, fiscales e incluso penales que podrían derivarse de esa actuación.

Además, Orbe recuerda que “el asesor o administrador fiscal puede verse imputado por los actos realizados por su cliente y tener que defenderse ante una responsabilidad tributaria, civil o penal, pese a haberle aconsejado no realizarlos”. Precisamente por ello, se vuelve fundamental el hecho de “documentar todos los contactos que tengan con sus clientes”. Llegado el momento, será clave que el asesor pueda aportar todos los documentos probatorios de su inocencia que sean necesarios.

El asesor puede verse imputado por los actos realizados por su cliente sin contar con presunción de inocencia. Por eso es fndamental documentar todos los contactos con los clientes

Cuando no existe la presunción de inocencia

En todo momento se ha de tener presente que en estos casosel asesor que ha sido demandado no contará con la presunción de inocencia. Y es que la carga de la prueba recaerá sobre el asesor, pues es el demandado quien debe demostrar que no ha incurrido en ninguna responsabilidad. Esto sucede porque “se sitúa el peso de la responsabilidad en el asesor fiscal porque se supone que es experto en la materia”, y no en el cliente, que no cuenta con los conocimientos suficientes.

Lo primordial para el asesor, por lo tanto, “es poder demostrar su inocencia”. Y lo hará por medio de toda la documentación que haya podido recopilar y almacenar, con el objetivo de “demostrar su inocencia en cada uno de los ámbitos que haya podido ser imputado y certificar que él asesoró correctamente y de manera legal a su cliente”.

Una cuestión de confianza

Por último, Kenari Orbe hace alusión a uno de los aspectos más importantes a la hora de establecer y mantener relaciones entre asesores y clientes: la confianza. Es fundamental que exista para que el cliente en todo momento pueda seguir los consejos del profesional con la seguridad de estar actuando correctamente.

Si esa confianza desaparece, será nefasto, por lo que merece la pena trabajar por mantenerla y reforzarla.

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