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La sucesión empresarial es un hecho que se produce con frecuencia hoy en día, debido en gran parte a los problemas económicos que atraviesan numerosas empresas en nuestro país. Cuando un negocio se ve en dificultades para salir adelante, una posible solución es intentar buscar un inversor al que le interese reflotarlo y seguir adelante.
Para que legalmente se entienda que existe sucesión de empresas deben analizarse determinados aspectos: la existencia de una actividad similar en ambas, la transmisión de elementos patrimoniales de una a otra (transmisión de unidades productivas no de elementos de forma individual), la contratación de toda o una parte de la plantilla de la empresa anterior. Si se trata de una sociedad, también es determinante que alguno de los socios pase a formar parte de la nueva entidad.
Consecuencias de la sucesión para la empresa
La sucesión empresarial conlleva consecuencias, tanto para la empresa como para los trabajadores. La empresa nueva responde de las deudas y obligaciones laborales contraídas por la empresa precedente: salarios, cotizaciones sociales, indemnizaciones… El cedente y el cesionario responderán solidariamente durante tres años de las obligaciones laborales nacidas con anterioridad a la transmisión y que no hubieran sido satisfechas. Esta responsabilidad no necesita ser declarada judicialmente, la propia administración puede determinar que existe sucesión y ejercer acciones de cobro contra cualquiera de las partes.
También la Agencia Tributaria puede reclamar las deudas pendientes e incluso los acreedores comerciales. Es muy común, en caso de quiebra, que el empresario o alguno de los socios intente continuar con la actividad bajo una forma empresarial distinta o un nombre diferente. Sería muy fácil crear una nueva sociedad libre de deudas y continuar las relaciones comerciales con los antiguos clientes. Pero hay que tener cuidado porque esto no es tan fácil.
Consecuencias de la sucesión para los trabajadores
Los trabajadores mantienen la antigüedad y condiciones de su puesto de trabajo. La nueva empresa debe respetar todos los compromisos adquiridos por la antigua con respecto a pensiones o protecciones sociales.
En cuanto al convenio colectivo de aplicación, se mantendrá el existente en el momento de la transmisión hasta que éste expire o hasta la entrada en vigor de uno nuevo. Tanto el cedente como el cesionario deben facilitar a los trabajadores información relativa a la transmisión y al modo en que ésta les afecta: consecuencias jurídicas, económicas y sociales.
Vemos, pues, que la sucesión empresarial es una operación compleja y con numerosas vertientes que hay que estudiar con detenimiento antes de emprender una transmisión irreversible.
Eva Fernández
Periodista con más de 10 años de experiencia en marketing digital y, en especial, en la generación de contenidos para marcas de diferentes sectores. De la mano de Anfix y con mi propia experiencia emprendiendo como freelance, he aprendido mucho en los últimos años sobre gestión del negocio, finanzas y productividad.
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