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En los últimos años, ha crecido el interés por desempeñar actividades profesionales sin estar dado de alta como autónomo. El motivo principal suele ser el ahorro de costes que implica no pagar cuotas de la Seguridad Social, sobre todo cuando se trata de ingresos esporádicos o de proyectos puntuales.
Sin embargo, existen numerosos matices legales, fiscales y administrativos que se deben tener en cuenta antes de decidirte a facturar sin ser autónomo.
A lo largo de este artículo, se explorará a fondo el marco legal, los requisitos necesarios, las limitaciones, las sanciones y las alternativas disponibles.
Además, se presentarán ejemplos reales que servirán para aclarar las dudas y evitar problemas con Hacienda y la Seguridad Social.
¿Es legal facturar sin ser autónomo?
La legalidad de facturar sin estar dado de alta como autónomo está sujeta a un debate frecuente. Por un lado, la normativa indica que toda actividad económica habitual requiere el alta en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA).
Por otro lado, existen sentencias y criterios interpretativos que permiten facturar sin ser autónomo siempre que la actividad sea esporádica y no represente la principal fuente de ingresos del profesional.
En la práctica, la clave radica en la continuidad y regularidad de la actividad. Si tus ingresos por actividad profesional se producen de manera puntual, sin una previsión de repetirse en el tiempo, algunos expertos legales consideran que no es necesario darse de alta como autónomo.
No obstante, para que esta posibilidad sea legal, debe cumplirse con ciertas condiciones.
Requisitos para facturar sin ser autónomo
- Actividad ocasional: Facturar sin ser autónomo se justifica, por lo general, cuando se trata de trabajos puntuales. No existe un número de facturas límite contemplado en la normativa, pero sí se observa el criterio de “habitualidad”.
- Cantidad máxima: Del mismo modo, existe un límite establecido en cuanto a la cantidad que se puede facturar sin ser autónomo. El tope está en 14.000 euros anuales brutos que se corresponden con el Salario Mínimo Interprofesional (SMI).
- Ingresos no habituales: Al no tener carácter habitual, se entiende que el importe obtenido no constituiría la principal vía de subsistencia para la persona que emite la factura.
- Declaración de los ingresos: Aunque no se esté dado de alta como autónomo, es obligatorio declarar los ingresos obtenidos en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). Esto implica incluir las ganancias en la autoliquidación anual de la renta o mediante los pagos fraccionados pertinentes.
- Retenciones y obligaciones formales: A la hora de emitir la factura, se deben aplicar las retenciones de IRPF correspondientes (en caso de tratarse de profesionales) y el IVA, si se requiere. En algunos casos, el cliente o la empresa para la que se trabaja puede actuar como retenedor, lo que facilita el cumplimiento de estas obligaciones.
Estos requisitos no constituyen una vía completamente libre de riesgos, dado que Hacienda y la Seguridad Social pueden cuestionar la legalidad de la factura si consideran que la actividad es, en realidad, continua y por tanto sujeta a la obligación de alta en el RETA.
Cuándo NO se puede facturar sin ser autónomo
Aunque el marco legal a veces presente interpretaciones flexibles, hay situaciones en las que no se puede facturar sin estar dado de alta como autónomo:
- Actividad reiterada en el tiempo: Si la profesión se ejerce de forma continuada o recurrente, incluso con cantidades bajas, se interpreta que hay habitualidad.
- Ingresos regulares y significativos: Facturar cantidades considerables, aunque no sean diarias, puede despertar sospechas de que realmente se trata de una actividad principal.
- Trabajos encubiertos: Muchas empresas podrían intentar contratar freelance sin alta en autónomos como forma de reducción de costes laborales. Si Hacienda detecta que existe una relación laboral, puede imputar irregularidades tanto al profesional como a la empresa.
En cualquiera de estas situaciones, la Seguridad Social podría exigir el alta en el Régimen de Autónomos y reclamar las cuotas atrasadas.
Procedimiento para facturar sin ser autónomo
- Darse de alta en Hacienda: Aunque no se esté dado de alta en autónomos, para poder emitir facturas legalmente es necesario inscribirse en el Censo de Empresarios, Profesionales y Retenedores a través del modelo 036 o 037.
- Emitir la factura con los datos adecuados: La factura debe contener:
- Datos del emisor y del receptor (NIF, nombre o razón social y dirección).
- Concepto detallado del servicio prestado.
- Base imponible y tipo de IVA (cuando proceda).
- Retención de IRPF aplicable (en caso de ser necesario).
- Declarar los ingresos: Se deben incluir en la declaración de la renta y, si fuera el caso, presentar los correspondientes pagos fraccionados trimestrales, prestando especial atención a la retención de IRPF.
- Comunicar la finalización de la actividad: Una vez terminada la actividad puntual, se puede dar de baja en el censo de Hacienda para evitar futuras obligaciones fiscales.
Este procedimiento, aunque no exime del todo de riesgos, es la forma más cercana a la legalidad cuando la actividad profesional es realmente puntual.
Sanciones por facturar sin ser autónomo
El riesgo más evidente de facturar sin ser autónomo reside en las potenciales sanciones de la Seguridad Social y de Hacienda:
- Reclamación de cuotas atrasadas: Si las autoridades determinan que ha existido habitualidad, pueden exigir el alta retroactiva en el RETA y reclamar todas las cuotas no abonadas junto con los correspondientes recargos.
- Multas económicas: Por parte de Hacienda, podrían imponerse multas por no declarar adecuadamente el IVA o el IRPF, o por omitir el alta en el censo de obligados tributarios.
- Intereses de demora: Además de las cuotas y multas, se añaden intereses que pueden incrementar significativamente la deuda total.
Es importante ser consciente de que estas sanciones pueden llegar a sumas muy elevadas, por lo que el ahorro inicial de no pagar la cuota de autónomos puede resultar caro a largo plazo.
Beneficios de regularizar la actividad
Optar por regularizar la actividad y darse de alta como autónomo (o explorar fórmulas alternativas que cumplan con la legalidad) puede aportar importantes ventajas:
- Protección legal: Se reducen considerablemente los riesgos de sanciones y multas.
- Cobertura de la Seguridad Social: Al estar dado de alta, se cotiza para la jubilación, se tiene derecho a bajas médicas remuneradas y se cubre la contingencia de accidentes de trabajo.
- Credibilidad profesional: Muchos clientes prefieren trabajar con profesionales dados de alta, ya que les ofrece mayor seguridad jurídica y garantiza la emisión de facturas válidas.
- Posibilidad de crecimiento: Regularizar la situación permite acceder a subvenciones, ayudas y contratos de mayor envergadura, lo que facilita el crecimiento del negocio o actividad profesional.
A pesar de que darse de alta como autónomo conlleva costes mensuales, la tranquilidad y la legalidad a menudo compensan el desembolso inicial.
Cálculo de costes y beneficios
Antes de decidir facturar sin ser autónomo o, por el contrario, darse de alta, conviene realizar un cálculo detallado de los costes y beneficios:
- Cuota de autónomos: Actualmente, la cuota varía según los ingresos reales y la base de cotización elegida, aunque existen reducciones como la tarifa plana para nuevos autónomos o la cuota reducida por pluriactividad.
- Ingresos estimados: Es importante hacer un cálculo realista de los ingresos esperados, teniendo en cuenta la periodicidad y el volumen.
- Impuestos: IVA, IRPF y posibles recargos deben contemplarse en los presupuestos para evitar sorpresas.
- Seguridad jurídica: Aunque no es un gasto como tal, se debe valorar el riesgo legal y las posibles multas por facturar de forma irregular.
Realizar una proyección económica puede ayudar a tomar la mejor decisión y, en muchos casos, evidenciará que regularizar la actividad suele ser lo más conveniente a medio y largo plazo.
Casos prácticos y ejemplos reales
- Diseñador gráfico que trabaja esporádicamente: Emite dos o tres facturas al año por servicios de logo y branding. Según muchos asesores, si esos ingresos son muy bajos y la actividad no es constante, podría bastar con el alta en Hacienda para emitir esas facturas y declarar el IRPF. Aun así, el riesgo de inspección existe.
- Fotógrafo con ingresos recurrentes: Realiza sesiones fotográficas cada mes y los ingresos mensuales representan su principal sustento. En este caso, no hay duda de que se considera una actividad habitual y que se debe dar de alta como autónomo.
- Programador que factura de manera puntual a clientes extranjeros: Aunque sea un ingreso aislado, debe cumplir con la normativa española.
Estos ejemplos ilustran la importancia de analizar cada situación y de contar con asesoramiento profesional para evitar infracciones.
Comparativa con otros países
La regulación sobre la posibilidad de facturar sin ser autónomo varía notablemente de un país a otro:
- Francia: Tiene un régimen simplificado llamado “micro-entrepreneur” (antiguo auto-entrepreneur), que facilita el alta a los profesionales con pocos ingresos.
- Italia: Existen los regímenes forfettari, una modalidad parecida a la “tarifa plana” española, que promueve la regularización de pequeñas actividades económicas.
- Reino Unido: Cuenta con el “Self Assessment” y la posibilidad de declarar ingresos extra sin formalizar una empresa si no superan ciertos umbrales.
En general, la tendencia global es facilitar la formalización de pequeños trabajos o proyectos, pero las diferencias entre legislaciones pueden ser muy significativas, por lo que conviene informarse bien en cada país.
Estadísticas interesantes
Porcentaje de personas que facturan sin ser autónomas
Según datos de estudios sobre economía informal en España, alrededor del 13% de los trabajadores freelance realizan actividades económicas sin estar dados de alta como autónomos, aprovechando la normativa para actividades esporádicas. Esto refleja la importancia del tema para muchos profesionales ocasionales.
Coste mensual de ser autónomo
El coste medio mensual de la cuota de autónomos en España es de 289 euros (base mínima en 2024). Este gasto fijo puede ser un factor decisivo para que algunas personas opten por facturar sin estar dadas de alta en el RETA si sus ingresos son bajos o esporádicos.
Multas por facturar sin cumplir con la normativa
Las sanciones por emitir facturas sin estar registrado en Hacienda o en la Seguridad Social pueden oscilar entre 300 y 3.000 euros, dependiendo de la gravedad y reincidencia. Además, Hacienda puede exigir el pago retroactivo de impuestos no declarados más intereses.
Salario Mínimo Interprofesional (SMI)
En 2025, el SMI en España se sitúa en 1.184 euros mensuales en 14 pagas. Esto significa que los ingresos anuales que no superen los 16.576 euros suelen ser el umbral para considerar si es necesario darse de alta como autónomo o no.
Crecimiento del trabajo freelance en España
El trabajo freelance ha crecido un 40% en los últimos cinco años en España, según un informe de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA). Este aumento ha incrementado las consultas sobre cómo facturar sin ser autónomo, especialmente en sectores como diseño gráfico, traducción y consultoría.
Preguntas frecuentes
¿Qué cantidad se puede facturar sin ser autónomo?
La cantidad máxima que se puede facturar sin ser autónomo está relacionada con el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) en España. Si tus ingresos anuales no superan esta cifra y la actividad es esporádica, en principio, no estarías obligado a darte de alta como autónomo. Sin embargo, siempre debes declarar los ingresos a Hacienda.
¿Cómo particular puedo hacer una factura?
Como particular, puedes emitir una factura siempre que te des de alta en Hacienda mediante el modelo 036 o 037. Este trámite es obligatorio incluso si no eres autónomo y permite registrar la actividad para cumplir con las obligaciones fiscales.
¿Cómo persona física puedo facturar?
Sí, una persona física puede facturar siempre que cumpla con los requisitos legales. Necesitarás darte de alta en Hacienda, emitir facturas correctamente (incluyendo IVA e IRPF si aplica) y declarar los ingresos en tu declaración de la renta.
¿Qué es una factura personal?
Una factura personal es aquella que emite una persona física, no una empresa, para registrar ingresos derivados de una actividad económica. Debe incluir los datos fiscales del emisor y del cliente, un desglose del IVA (si aplica) y la retención de IRPF cuando sea necesario.
¿Qué impuestos debo pagar al facturar sin ser autónomo?
Debes pagar los mismos impuestos que un autónomo:
- IVA: Declarar y liquidar el IVA trimestralmente (excepto si estás exento).
- IRPF: Retener el porcentaje correspondiente en la factura y declararlo en la renta anual.
¿Qué ocurre si no pago el IVA o el IRPF de mis facturas?
No pagar el IVA o el IRPF de tus facturas puede resultar en sanciones económicas, recargos e intereses de demora por parte de Hacienda. Además, podrías ser objeto de una inspección fiscal.
¿Cómo justificar que mi actividad es esporádica?
Para justificar que tu actividad es esporádica, debes demostrar que no realizas esa actividad de manera habitual. Esto puede hacerse mediante documentos que muestren que tus ingresos son puntuales, no recurrentes, y que no superan el SMI. Además, puedes presentar contratos o acuerdos que reflejen la naturaleza ocasional de tus servicios.

Pablo Piñeiro
Pablo es un líder en el ámbito de la formación corporativa, el desarrollo de talento y la gestión estratégica de clientes, con una amplia experiencia in... Ver más
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